Muchos de nuestros sacerdotes mayores y enfermos se encuentran en una situación de particular vulnerabilidad. Han dedicado su vida entera al servicio de Dios y de su pueblo, y ahora, en sus años de retiro o enfermedad, necesitan de nuestro apoyo y cuidado.
La Arquidiócesis de Hermosillo cuenta con la Casa del Sacerdote, un hogar donde nuestros sacerdotes jubilados o enfermos pueden vivir con dignidad y recibir la atención que merecen. Esta casa es sostenida principalmente por las aportaciones del diezmo.
Nuestros sacerdotes han dado su vida por la Iglesia y por nosotros. Han celebrado los sacramentos, nos han acompañado en los momentos más importantes de nuestra vida, han visitado a los enfermos, consolado a los afligidos y predicado la Palabra de Dios. Ahora es nuestro turno de cuidar de ellos.
"El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo." - Mateo 10, 41
Con tu diezmo puedes seguir apoyando a que la iglesia continúe con sus obras y asegurando que nuestros sacerdotes reciban el cuidado y la atención que merecen en todas las etapas de su vida.